Enséñame lo limitado de mi tiempo, porque el bien de la vida no radica en su extensión sino en su uso.
Errar es la cosa propia de cualquier hombre, pero preseverar en el error sólo es privativo de los necios.
Estudia no para saber algo más sino para saber algo mejor.
La adversidad es ocasión de virtud.
La naturaleza nos ha hecho capaces de aprender, y si nos dio una razón imperfecta, nos la dio al mismo tiempo perfectible.
La verdadera felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en no desear nada.
La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino cuánto bien haya sido representada.
Las buenas costumbres se conforman unas con otras, y por eso duran.
Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
Los deseos de nuestra vida forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas.
